Más allá de la recolección, la región se prepara para el futuro. Las actividades no se detienen al finalizar la campaña; continúan en los campos con el cuidado de los árboles y en el Centro de Agricultura Ecológica y de Montaña en Plasencia, donde se trabaja en el desarrollo de nuevas variedades de cerezas Picotas adaptadas a los retos climáticos y de mercado.
El Valle del Jerte, sin embargo, no vive solo de las cerezas. Otros cultivos como el castaño, la frambuesa y los higos complementan la economía agrícola de la zona, que se ve enriquecida también por una creciente gama de productos ecológicos.
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